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Gabriela Ferrada, el poder del arte urbano
Trabajadora social y con dos magísteres en estudios culturales,
creció en un hogar donde el arte era parte del lenguaje cotidia-
no. Encontró en la creatividad su forma natural de conectarse
con el mundo.
Desde pequeña le costó encajar en los grupos, y fue en la ado-
lescencia cuando descubrió su verdadero espacio: la calle. Allí,
junto a amigos y entre muros que se volvían lienzos, conoció
el graffiti a fines de los años 90. En un ambiente dominado por
hombres y sin recursos aprendió a perseverar, a enfrentar mie-
dos y a fortalecer su carácter a través del arte urbano.
Ese territorio creativo no solo le permitió expresarse, sino tam-
bién construir comunidad. Hace 16 años fundó la Agrupación
Pintarte de Chillán, una organización cultural y comunitaria
que sigue liderando hasta hoy, consolidándose como una de
las voces femeninas más importantes del arte urbano local.
Gabriela es artista, educadora, gestora cultural y, sobre todo,
una mujer que hizo de la creatividad su forma de habitar el
mundo.

Valentina Silva, belleza con propósito
Conocida como Vale Bloom, siempre tuvo claro su camino: la
música. Desde Chillán viajaba cada sábado a Santiago para
formarse en canto, esfuerzo que la llevó a estudiar en las aca-
demias de Miriam Hernández, Luis Jara y Alicia Puccio. Entre
2016 y 2017 representó a Chile en el Congreso Internacional
de Teatro Musical de Valeria Lynch y, en 2018, participó en la
segunda temporada de Rojo, consolidando su presencia en
escenarios de Chile y Argentina. También representó con éxito
a Chillán en el concurso Miss Mundo, destacando además en
la competencia de talentos.
Ha lanzado canciones que han sonado en radios de Latinoa-
mérica y Estados Unidos, mientras complementa su carrera
artística con su labor como periodista del Plan Bicentenario
Chillán 2035 y animadora de eventos.
En 2024 enfrentó una profunda depresión que transformó su
vida. Tras recibir apoyo terapéutico y familiar, decidió hablar
abiertamente del tema, impulsando proyectos como la Funda-
ción Sin Miedo a Mi Voz, que entrega acompañamiento psico-
lógico a mujeres, y el Código Rosa, iniciativa que busca crear
espacios seguros en locales y gimnasios.
Hoy se reconoce fuerte, auténtica y convencida de que la vul-
nerabilidad también es una forma de valentía.

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