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Collage digital: @jenovevadraws
Igual salario por igual valor, no solo un derecho,
también una estrategia de sostenibilidad
Por Margarita Celis Pla
Gerente Regional Corma
¿Por qué seguimos hablando de brechas salariales en pleno 2025?
Porque siguen ahí. En Chile, las mujeres ganan en promedio un 23,3 % menos que los hombres. Esta diferencia no refleja
solo desigualdad en remuneraciones, sino también en acceso, desarrollo y permanencia en el mundo del trabajo.
Esta realidad no es ajena al sector forestal. Históricamente masculinizado, enfrenta el doble desafío de incorporar más
mujeres y asegurar condiciones justas y equitativas para ellas. En este escenario, la igualdad salarial no es un tema periférico,
es central.
Desde CORMA, llevamos más de cuatro años trabajando en el programa Más Mujer, que busca fomentar la diversidad
y equidad de género en la industria. En este recorrido, uno de los focos ha sido la brecha salarial, abordada con mirada
gremial, técnica y progresiva.
En conjunto con la Universidad de Talca y dos grandes empresas del sector, se está desarrollando el piloto de una
herramienta que permitirá medir comparativamente las remuneraciones entre hombres y mujeres que realizan trabajos
de igual valor. Este piloto no solo estandariza el análisis, sino que sienta las bases para una expansión futura a empresas
medianas y pequeñas, adaptándose a las distintas realidades del rubro. Además, hemos elaborado informes sectoriales
de participación femenina (2020 y 2023) que permiten observar brechas estructurales y orientar estrategias con datos
actualizados y desagregados.
Abordar esta temática no es solo una cuestión de justicia, es una apuesta por el desarrollo sostenible del sector. Cuando
las condiciones de ingreso y crecimiento profesional son equitativas, las mujeres se incorporan con mayor motivación y
permanencia. Y eso no solo mejora los resultados de las empresas, también enriquece la cultura organizacional, impulsa la
innovación y proyecta una industria más inclusiva y resiliente.
Medir es el punto de partida, pero no el final del camino. El desafío es traducir ese diagnóstico en acciones concretas. Si
queremos que más mujeres lleguen al sector forestal y se desarrollen en él, debemos garantizar que su trabajo sea valorado
en igualdad de condiciones. La igualdad salarial no puede ser una excepción, debe ser una base compartida.
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